TAILANDIA – EL PAÍS DE LAS SONRISAS
SANUK, SABAI Y SADUAK
«Sanuk, Sabai y Saduak» «Sé feliz, sereno y alégrate con aquello que la vida te ofrece». Este es el lema oficial de Tailandia, el país de las sonrisas. No hay mejor manera de definir su ciudadanía, una población que siempre encontrará un momento para agachar la cabeza a modo de respeto. Sus calles, templos y mercados te mostrarán un país a la vanguardia del sudeste asiático que aún conserva el espíritu budista.
Tailandia es uno de los 5 países que escaparon al colonialismo europeo, un país que nunca ha sido conquistado (de ahí viene su nombre que significa «la tierra de la libertad»).
A orillas del río Mekong, y con el arroz como alimento primario, habitaron esas tierras hace más de 10.000 años. Un país en el que florecieron reinos más efímeros, como el de Sukhothai, y otros que perduraron más en el tiempo, como el de Ayutthaya. Posteriormente (durante los siglos XIX y XX), los colonos europeos intentaron colonizarla, pero su esfuerzo fue en vano.
En 1932 se acaba con la monarquía absolutista, 6 años más tarde se estableció un sistema democrático con una monarquía constitucional, una monarquía que los tailandeses adoran como la figura más importante del país.
Nuestra Tailandia
Os vamos a hablar de “nuestra Tailandia”. Ese país que nos cambió la perspectiva tanto a mi pareja como a mí. En Tailandia descubrimos una forma de sentir que va más allá de la belleza que pasa por nuestros ojos sin cesar. Nuestra pasión por conocer otra cultura nos llevó como el viento, en constante movimiento, y así pudimos descubrir paisajes, asombrosos templos, sabores desconocidos, playas y colores que cambiaron nuestra forma de entender y de sentir. Quizás fuese la hospitalidad y la sonrisa de su gente la que nos hizo cambiar… quizás…, todo suele ir unido.
Aromas, gastronomía, terapias curativas o un infinito respeto a todo el mundo que nos rodea, un pueblo ancestral que siempre quiere darte lo mejor sonriendo. Un pueblo orgulloso de su pueblo, de sus diferencias que se unen en un mundo Thai. Ellos lo llaman “Thainess”, el arte de vivir tailandés. Viajar a Tailandia es vivir, vivir y sentir.
¿Por qué Tailandia?
Desde nuestro punto de vista Tailandia es el país ideal para una primera incursión en esta parte del mundo. Primero, porque es sumamente fácil recorrerla por tu cuenta, pues cuenta con una infraestructura turística excelente y de mucha calidad, con unos precios muy asequibles. Tailandia es el país más turístico del sudeste asiático… por algo será.
Mi pareja y yo tomamos la decisión de visitarlo porque cuenta con todo lo que un viajero busca: cultura, templos, naturaleza, buena gastronomía, unas playas paradisíacas increíbles… y además, Tailandia cuenta con una de las urbes más grandes de Asia, Bangkok, una ciudad que no te dejará para nada indiferente.
Nuestro itinerario
Estuvimos 15 dias en Tailandia y la sensación es que pudimos disfrutar apenas de un ápice de toda la magia que esconde esta parte del mundo; no obstante, creemos que son 15 días muy aprovechados y en los cuales puedes disfrutar de todas las maravillas que ofrece este increíble país.
Comenzamos con 4 días en Bangkok y sus imprescindibles: el Gran Palacio (que lleva alojando a la familia real más de 200 años), el cual cuenta con el Wat Phra Kaew (templo donde se encuentra el venerado buda esmeralda). El Wat Pho, más conocido por su buda reclinado, que es la estatua más grande del país. Wat Arun o templo del amanecer. La ciudad sagrada de Ayutthaya o la mochilera y vibrante Khao Sand Road, lugares que en siguientes artículos os contaremos con todo detalle.
Otros 4 días repartidos entre, Chiang Rai y su maravilloso templo blanco o la segunda ciudad más importante del país, Chiang Mai y su muralla, una ciudad poblada de templos en cada esquina y donde vives la esencia más pura de su cultura.
Krabi y su playa de Railay Beach, con su agua verde esmeralda, playas de arena blanca y finita y sus características formaciones rocosas en el mar (3 días nos resultaron insuficientes aquí).
Y cómo no, Phi Phi Island, el paraíso en la tierra prometida, la isla de la película de Leonardo di Caprio y que ha sido elegida como la playa más bonita del mundo. Un lugar en el que relajarte, disfrutar de esas playas de aguas turquesas, tomar el sol, beberte un coco y enamorarte de cada uno de sus atardeceres. Aquí estuvimos los restantes 4 días pero podríamos haber estado toda la vida.
Así es el país de las sonrisas: acogedor, festivo, culto e histórico. Ofrece innumerables atractivos, desde sus llamativos templos y playas tropicales, hasta la siempre reconfortante sonrisa de su gente… y es que, como dice el refrán: “No gastes dinero en ropa, mejor viaja. ¿Qué importa cuántos años tienen tus zapatillas si las llevas puestas paseando por Asia?”.
P.d. Feliz dia de San Valentin Piojitu. Te quiero hasta la tercera estrella a la izquierda y volver.